jueves, 31 de marzo de 2016

Abril de poca monta

¿Qué tiene este abril, aún por llegar,
que no tuvieran los abriles pasados,
que no escapara de los marzos antiguos,
que no proviniese de febreros
anteriores?

No parece distinto
y, sin embargo, lo respiro peor,
lo duermo con poco sueño,
lo espero sin esperanza,
lo miro sin nada que ver.

Debe ser que viene un abril
que no tiene mayo,
que ahuyenta todo junio,
un abril que está cerrado
por reformas.

Aún por llegar
y ya me está dejando llagas
en la memoria
este abril del sinvivir,
del sin amar, del sin decir,
este abril de poca monta.

Abril de poca monta
que hasta sin alergia se sufre,
heredero de otro hemisferio,
más que abril
se me antoja octubre.









miércoles, 30 de marzo de 2016

Un poco de suerte...

Qué difícil encontrar las palabras cuando uno es su propio enemigo y la memoria de las teclas es un monstruo que acecha por detrás de cada pensamiento.

Confieso que es el miedo lo que me impide asomarme al precipicio, que es el miedo lo que me paraliza las piernas y me las deja sin fuerzas, que es el miedo el que atranca los bolígrafos y los teclados.

Miedo a tropezar en la misma piedra, con la misma piedra, por la misma piedra. Miedo a derretirme sobre el asfalto del camino que lleva hacia tu casa. Miedo a volver a contar como acierto la huída ante el dolor.

Pensaba que volver a verte sería un paso terrible. Y tenía razón. De aquí en adelante, un poco de suerte no vendría mal.

Álbum cincuenta y uno


 Acaso porque la ración de pasado que hoy me toca tiene el mismo gris que entra por la ventana, viajo suavemente hacia la chica que grita euforia a un mar lleno de espuma. Y vuelvo al niño que se debate entre la incomodidad húmeda del paso a paso y la voluntad reticente de mirar a la cámara.

Eran los días de la primera barba, los días de aquel viento que zumbaba gotas saladas sobre el pensamiento. Días de pasear por las bodas de aquellos sin nombre y sin paradero que habrán olvidado también el color dorado con que las chimeneas alumbran un instante.

Los días felices siempre pertenecen a otros y uno acaba estorbándose a la vista en el perímetro rectangular de las fotos donde descubre que, la memoria, es un mar sin espuma que nunca está en reposo. Un oleaje en el que los días se revuelcan y se revuelven.

Ninguno de los ausentes sospecha en este instante cuánto de su felicidad me pertenece. Antes de abordar el álbum cincuenta y uno, tengo que apartarme a tirones el deseo viscoso de entregarme a la voracidad de las carpetas llenas de fotos.

Por si acaso vinieran días con el mismo gris que esta mañana, cuando toque arriar el corazón a la hora de levantarse, y pueda encontrar algún recuerdo de la niña abrazada que entorna los ojos como si no existiera otro sitio posible en el mundo.

Porque los días felices siempre pertenecen a otros, yo tampoco puedo adivinar cuánto de mi felicidad te corresponde.


lunes, 21 de marzo de 2016

Enamoradol



ENAMORADOL (desoxitristasona 50% y ácido alegreico 50%) es un corticoide de alta potencia, de acción antiflogística y vitaminizante, que se usa para tratamientos largos de interacción personal.

COMPOSICIÓN:
Un gramo de ENAMORADOL contiene 2,5mg de desoxitristasona disuelta en ácido alegreíco, miristato de isopropilo léntico, crema anhidro en emulsión oleacuosa y excipiente aromático hidratante. También incluye un cóctel hormonal específico de dopamina, oxitocina, adrenalina y ferormonas varias.

POSOLOGÍA:
Sólo debe administrarse por indicación médica estricta.
Al comenzar el tratamiento, debe extenderse una capa delgada de pomada sobre los órganos sensibles: labios, lengua, oídos, manos, pechos y muslos, dos o tres veces al día.
Para lograr una mayor penetración del medicamento, se frota suavemente mientras se conversa sobre temas trascendentes.
Una vez terminado el tratamiento de choque, los temas pueden derivar a otros más superficiales, aunque es imprescindible seguir frotando.

CONTRAINDICACIONES:
Hipersensibilidad a los componentes, secundariedad de carácter, negación de los impulsos instintivos, infecciones morales o dermatitis por ausencia.

PRECAUCIONES:
Todas son pocas. Nadie debe ni siquiera sospechar que se está usando tópicamente el medicamento. Debe untarse en un ambiente controlado, a salvo de miradas indiscretas que metabolicen incorrectamente los principios activos que contiene. Preferentemente a la sombra, aunque si la oocasión lo permite, el sol de primavera reactiva la desoxitristasona y produce efectos más placenteros.

INCOMPATIBILIDADES E INTERACCIONES:
No se han descrito, aunque está en estudio la posibilidad de que el ácido alegreíco se vea emulsionado por estados civiles o presiones sociales, derivando su acción en ráfagas etílicas de consecuencias imprevisibles.

EFECTOS SECUNDARIOS:
Los pacientes críticos y de largo tratamiento, pasan por fases sincrónicas y alternas de alegría y tristeza como resultado de contagio. Pueden aparecer síntomas de hipersensibilidad y quejas, humedades incontroladas endiferentes zonas del cuerpo, estados de ánimo cambiantes y flujos sanguíneos aferentes.

En unión a épocas de calor, deben evitarse las ropas oclusivas que pueden provocar pérdidas innecesarias de tiempo y lío de botones.

INTOXICACIÓN Y TRATAMIENTO:
Debido a la baja toxicidad del medicamento, el ENAMORADOL no produce intoxicaciones, si bien pueden manifestarse cuadros de taquicardia, roces en la carrocería, elevaciones de la tensión arterial y de otras partes del cuerpo y extrañeza de piel. En esos casos, el tratamiento es simple: aumentar la dosis hasta el máximo posible y mantenerlo durante el tiempo necesario hasta que pasen los efectos indeseados.

MANTENER LOS MEDICAMENTOS FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS

sábado, 12 de marzo de 2016

Espacio




Algunos poemas
requieren espacio
alrededor de las palabras,
para que no se intoxiquen
unas a otras
de significados venideros.

El espacio es entonces
la base vital, el centro del poema
y, al mismo tiempo,
toda su amplitud.
Así entiendo yo la distancia
y su fascinante esplendor.

Pero entiende tú
que hay otros versos
que se mueren de espacio,
cuyas palabras prefieren juntarse
sin dejar resquicio para el papel,
hasta hacerse ilegibles para sí mismas
y vibrar colectivas en su tinta,
exclusivamente,
al ritmo
de una respiración entrecortada,
de algún orgasmo,
o de la siguiente asfixia.

Así entiendo el amor.